09 junio 2008

Colores

-Oye, ¿te has cuadrado por la esquina o en la mañana saludé a un extraño? -me dice Susana.
-Ah, fuistes tú -respondo.
-Sí, pues, y tú ni caso. ¡Sobrado! -se ríe.
-Na' que ver. Lo que pasa es que en esa zona se cuadran todos los autos de Santander y pensé que estaban confundiendo mi auto con otro parecido, y que la chica que me pasaba la voz me confundía con alguien más; así que solo atiné a reírme y quitarme -le digo, obviando comentarle que mientras caminaba hacia la oficina pensé que podía haberme vacilado un rato saludando a la flaquita desconocida de manera muy efusiva, con la mejor sonrisa que encontrara en mis bolsillos, dándole a entender que no tenía la más remota idea de quien era, pero que le agradecía el gesto deseándole un buen día. Claro que después de pensarlo un rato dije naaaa', no vaya ser que me la cruce más tarde en la cafetería y le diga a sus amigas: ahí va el loco del parqueo... y que roche, pues.
-Oye, bacán tu carro rojo, ah -me dice mientras se marcha. No me da tiempo de responderle.
Me quedo pensando. O ambos hemos saludado extraños que se nos parecen o yo soy medio daltónico... porque mi auto, que sepa, es gris. Quizás eso explique en parte porque, en ocasiones, sólo veo grises donde los demás creen ver colores... aunque no explicaría porque suelo ver colores donde otros ven solo gris.

3 comentarios:

Acuarius dijo...

jeje, ya a veces me doy cuenta de que las cosas que me pertenecen son de otro color que creia que eran...O me compro ropa, salgo de la tienda, me la pruebo en casa y "pucha, esto es de color rosa!" (odio el rosa) estaba ciega o que?

el véler dijo...

Y yo que pensaba que estaba grave... ja, ja. Lo que realmente puede confundirme son los ojos de algunas personas. Rayos, en ocasiones no sé de qué color son.

F dijo...

definitivamnte tu carro no es rojo Veler, creeme.