I
Callas…
Algo me dices.
El tiempo se curva
en tu silencio, vorágine.
Atrapa tu voz
Y la luz busca refugio
en la palabra
que no hiere.
II
Yo conozco de ti
el verbo esquivo.
La manera traviesa
que tus besos,
tienen de la mar
(ese perfecto vaivén)
Tú conoces de mí
eco y sombra.
Luz difusa de silencio
que ata al verbo,
sin destello,
ni nostalgia.
Por eso digo, corazón,
que te amé sin reserva
y con el alma;
no con la razón.
III
Disculparás, mi ángel,
si la noche, del silencio,
no supo guardarte
la palabra esquiva;
el verbo sereno,
de la lluvia de mayo.
Pero el temblor
de tus cantos cerezos,
la luz que acompaña
a sus estaciones (todas)
La manera traviesa
que tus besos
tienen de la mar
-te lo he dicho-
Te suelen delatar.
Imágen: José Antonio Bao