30 setiembre 2008

Agradecimiento

Baste con decir que el viernes 26 ella partió hacia otras orillas a disfrutar de nuevos atardeceres. Desde aquí, mis gracias para todos los amigos que nos acompañaron.

21 setiembre 2008

Matices

Mi mamá vive enchufada a un respirador / Mi papá vive enchufado a un televisor / Mi hermano vive desenchufado / Por eso me refugio en la palabra que no hiere / la que libera sin promesa, siempre.

Cuando escribí este sonsonete hace algún tiempo, lo hice riendo sin reír en serio -porque la risa también es algo serio cuando no viene impostada de ironías ni sarcasmos-, como un simple ejercicio de liberación de culpas, de expulsión de estigmas o qué se yo. Hubiera preferido escurrirme las penas como perro que se sacude el agua del pelaje de un solo sacudón, pero no soy así de peludo. Entonces, sólo me quedó la palabra para distraer al niño asustado que se sabía solo en medio de la habitación oscura y luchaba por borrar de su mente a los demonios invisibles que lo acechaban desde allí. Palabras color tristeza para iluminar tenuemente su sonrisa.

Mechita me dijo hace unos días que me soñó llorando y que me contaba de su sueño empezando la mañana para que éste no se cumpliera -creencias de su parte bruja-.

Mi mamá está tendida en su cama, llorando, balbuceando. Acerco mi oído y trato de entender las cosas que me dice, que creo me dice, a mi o a otro alguien en la habitación. Oigo, entiendo. Está rezando, pidiendo perdón aunque no sabe porqué tiene que pedirlo -ni ella, ni nadie-. Dolor es lo único que siente desde hace tanto y no sabe la razón; nadie la sabe. Pide algo. Me pregunto si el cielo también tiene silencios negativos.

Me acuerdo del sueño de Mechita.

Tú eliges el lugar de la herida
en donde hablamos nuestro silencio.

A.P.