16 diciembre 2008

Mariella

Ella nunca traicionó su palabra. Tomó su varita mágica y se desvaneció en el aire. Instantes antes me había pedido que le tomara una fotografía, después me había dicho al oído: Esta imagen prueba que existo; esta noche, al menos, existo. No sé mañana, pero esta noche soy. No lo que quiero, ni lo que espero, ni siquiera lo que quieres de mí. Esta noche simplemente SOY.
He decidido dejar atrás este mundo intoxicado No fumaré más de esos cigarrillos sin filtro que ustedes suelen lanzar. No beberé más alcohol. No viviré más la noche mientras ésta acorte mis días. Porque no. Porque la noche agota mis recuerdos y sin estos pierdo lucidez… aquella facultad que necesito para poder sobrevivir.
La noche me envejece, ¿sabes?… y no de esa manera, sino de otra; aquella más profunda que también te hace partir.
Adios.

1 comentario:

F dijo...

la pequeña niña vietnamita es un ser muy sensible...